Crónica de la Decathlon167 por cuoyot

Ser Triat significa muchas cosas.

Cuando me uní a este gran equipo tenía claro que no estaba a la altura deportiva de muchos de mis compañeros.  Se perfectamente que a ellos no les importa y que en este nuestro club no existen buenos y malos ni mejores o peores, todos somos una piña y disfrutamos de cada entreno, competición o lo que se tercie, pero en el fondo soy de los que siempre quiere estar a la altura y eso significa muchas cosas.

Lo más difícil de todo para mi era mejorar en la bici, no tenía ninguna experiencia, prácticamente no tenía bici y en cuanto empecé a entrenar noté que no iba muy suelto. Así pues cuando empecé a pensar en como preparar la temporada 2011 tenía claro cual sería mi principal objetivo, mejorar en ciclismo, y para eso me propuse un objetivo, hacer la Decathlon167. Desde que tomé esa decisión en Diciembre de 2010 han pasado muchas cosas, me compré una bici y empecé a priorizar el entreno sobre esta antes que cualquier otra cosa, por supuesto en todos esos entrenos siempre había algún Triat a mi lado.

Ya desde el principio detecte que mi gran problema era subir puertos. Me notaba pesado y nunca conseguía seguir el ritmo de mis compañeros. Fue entonces cuando empezaron las dudas sobre si podría completar la Decathlon167, que se caracteriza precisamente por sus 2.500 metros de desnivel positivo. Pero bueno no podía tirar la toalla, se lo debía a mis compañeros y a mi mismo, así que en el último mes los entrenamientos se volvieron más específicos y comencé a devorar puertos por doquier. Primero fue el recorrido del Tristar, con subida a San Salvador, luego vino la visita al Coll de Femenía y para finalizar me animé con los puertos de tres en tres primero con  Sa batalla, Monnaber y  Coll de Soller y finalmente con Alaro Orient, buñola, Coll Soller, Sa pedrissa y coll den claret. Unai se volvió un asiduo a los entrenos y se acostumbró a esperarme, tanto que creo que le cogió el gusto.

Así que aquí estoy un sábado a las 7:00 vestido de corto, en la linea de salida, rodeado de Triats con 167 km  por delante. Los primeros 25 km son neutralizados, pero el pelotón se empeña en demostrarme que no estoy a la altura y tengo la sensación de ser el único turista de esta marcha "cicloturistica". Cuando empiezan los puertos estoy en medio del pelotón pero rápidamente me adelantan los ciclistas, menos Unai que permanece a mi lado dándome ánimos y tirando de mi. Poco a poco los puertos van pasando, y cada uno me deja más tocado, hasta que llega Sa Pedrissa que me deja hundido.

Llegamos al avituallamiento de Valldemosa y nos recibe Kiko levantando los brazos saludándonos, llenándonos los bidones y atendiéndonos como si fuéramos los más importantes del pelotón y en un momento todo el bajón desapareció. Bajamos de Valldemossa y me repito que lo peor a pasado, Unai intenta un cambio de ritmo pero yo no puedo así que le pido que siga sin mi y al final acepta. A partir de ahí me veo solo en la carrera y me quedan 80 km! Pero al llegar a la siguiente rotonda veo a Pintores haciendome fotos y al poco me adelanta con su coche y me dice que me acompañará hasta la meta.

Los kilómetros empiezan a pasar despacio y , aunque el recorrido es más llano, los pequeños repechos ya me frenan como si fueran puertos de 1ª. Mi lucha es contra el tiempo, debo llegar antes de que el reloj marque las 15:00 (8 horas desde la salida) y para eso debo superar la media de 21 km/h así que prácticamente no descanso, cuando subo voy despacio, cuando bajo voy a lo que puedo, cuando hace viento me agacho y miro la rueda. La media de mi garmin va subiendo poco a poco, 20.10, 20.22, 20.70... a la altura de Campanet llega el momento, 21 km/h!!!

A partir de ahí todo es cuesta abajo en mi cabeza, sigo mejorando la media así que finalmente los 80km de valldemosa a Alcudia los hice a más de 26 km/h de media.

La soledad de mis pedaleadas se termina a 10 km de la meta, donde me cruzo con Marga, la novia de Toni Payeras, juntos afrontamos la dureza de los últimos metros, que siempre se hacen eternos y juntos entramos en meta. Cuando me doy cuenta de lo que he hecho, me emociono y me descubro a mi mismo con los ojos llorosos y se me escapa alguna lagrimilla. El resto de la expedición de triats ya están estirando, les ha dado tiempo a correr por la playa (no me han esperado, jaja) y estiro con ellos mientras me tomo una cocacola asimilando lo que he conseguido 167 km con 2.500 metros de desnivel positivo acumulado con una media de 21,70 km/h!

Desde entonces muchos me han dado la enhorabuena, pero en realidad el merito es de los que me acompañaron en los entrenos, de los que me ayudaron con mis dudas, de los que me dieron sus consejos, del que me acompaño durante los puertos de montaña, del que me animó en un avituallamiento o del que me siguió durante 70 km con el coche.

Ser Triat significa muchas cosas, pero sobretodo significa que nunca estarás solo.